lunes, 11 de abril de 2016

Capítulo 9 - Héroe

Capítulo 9
Héroe

2 Septiembre de 1984

Querido John, hace unos días que me dispararon. Por suerte la herida va mejor y hemos podido sobrevivir en estas casas durante este tiempo con las pocas reservas que había.
Pero el peligro nos acecha y cada día que pasamos aquí peligramos de que vengan más como ellos. El mundo ya no es lo que era, no se puede confiar ni en segundas oportunidades. Debo encontrar a mi grupo y dar con vosotros.
Mantengo la fe en que cada una de las hojas las encuentres en tu camino, al igual que yo, sé que también estarás buscándome. Si lees esto, estaremos más cerca el uno del otro.

Siempre tuya, os quiero. Julia.”

Mi herida estaba ya casi sanada. Tuve mucha suerte de que el disparo fuera limpio y me atravesara, de otra manera tendría que haber extraído yo la bala y el daño hubiera sido peor.
Habíamos registrado todas las casas que había en esa parcela, aunque los chicos insistieron en ir solos, les acompañé, aunque sólo fuera para cubrirles.

No hemos tenido visitas inesperadas por ahora, pero no dejo de pensar en los enmascarados que nos atacaron el otro día. Aparentemente venían ayudar y después sólo querían robarnos las armas, seguramente su pensamiento no era dejarnos ir e iban a matarnos.
Debemos ir con cautela con todo el que encontremos a nuestro paso. Aunque este barrio parece un buen sitio para quedarse no confío en la paz que disfrutamos actualmente, pienso que si hay más de ellos vendrán a por sus compañeros.

Nos habíamos librado por unos días de los zombis, salvo la ocasión en la que Shaun bajó al sótano de una de las casas y se encontró dos de ellos. Estaban en el suelo sin piernas y eliminarlos fue tarea fácil.
Muy pronto nos iremos de aquí en busca de mi grupo. Sabiendo como piensan puedo hacerme una idea aproximada de donde pueden estar. Aunque la búsqueda no será fácil con esos seres de un lado a otro, y tenemos que llevarnos algo para el camino.

Ahora que tenía más tiempo para pensar podía llorar mis compañeros muertos.

No pude evitar llorar al recordar a Kevin. Siempre había sido tan protector y bueno con todos... y ahora ya no estaba. Era un gran apoyo para todos, una sonrisa hasta en el momento mas difícil, aunque se peleara constantemente con Nick siempre terminaban con buen rollo. Cariñoso, agradable... el menor de los hermanos. Le encantaba jugar con Jason a las cartas, apostando balas. Discutían como todos los hermanos, pero daban la vida el uno por el otro.
Había sido salvado por Jason, en sus brazos. No podía hacer nada por él, esa maldita enfermedad se lo llevó y lo arrastró a un estado donde hubiera sido un monstruo. Jason lo salvó, le dio dignidad. Murió como una persona, no como un zombi.

Las fiebres cada vez eran mas altás y en poco tiempo hubiera terminado levantándose como una de esas cosas horribles.

Desde entonces no confío en nadie, si no hubiera sido por ese maldito cabrón que se hizo pasar por uno de los nuestros, Kevin seguiría vivo y nosotros no habríamos tenido que huir nuevamente del último refugio. Su única intención era robarnos, traicionarnos y entregarnos al enemigo. Kevin intentó avisarnos, mas no le hicimos caso. Pensamos que sólo tenía un ataque de celos y que no veía las cosas con claridad.
Todo fue tan repentino que no nos dio tiempo a reaccionar.

Eramos nosotros los que no veíamos algo tan evidente, es por eso por lo que la muerte de Kevin nos pesará siempre en la conciencia.

¿Qué mente perversa puede mantener a esos muertos vivientes con vida para atacar a alguien? Es una idea detestable, repugnante y realmente aterradora. La poca humanidad que había en el mundo había terminado con esta epidemia.

¿Cuánto más habría que llorar? Todos habíamos perdido a alguien, todos habíamos sufrido y todos habíamos luchado por sobrevivir, no había justificación para ser una persona despreciable.

No dude un segundo en matar a quien intentó matarnos una vez. No había segundas oportunidades para asesinos. La confianza era un lujo que no podíamos dar a la ligera.

Shaun y Jasper entraron a la habitación cogiéndome por sorpresa, intenté limpiarme las lágrimas con un amago de sonrisa. Me levanté del suelo donde estaba acurrucada.

  • ¿Sabéis qué tenemos que irnos, no?
  • ¿Qué? ¿ Por qué? Aquí estamos bien.
  • ¿Creéis qué no vendrán mas enmascarados?
  • ¿Cómo estás tan segura?
  • No lo estoy, pero no podemos arriesgarnos. Tengo una corazonada, hay algunos sitios donde podrían estar los míos.
  • ¿Cuándo nos iremos?
  • Mañana, al amanecer. Preparad vuestras mochilas y coged todo lo que podáis llevar. Elegid vuestras prioridades.
Faltaban un par de horas para que anocheciera. Preparé mi mochila, metí medicamentos que había en la casa, algunas latas de comida, agua y por asqueroso que pareciese comida de perro enlatada. Cualquier cosa que fuese alimento teníamos que comerlo, no estaba el mundo para ponerse en plan gourmet. No era la primera vez que habíamos consumido medicamentos en mal estado o de animales y nos habían tenido que servir.
Cogí el despertador que había encontrado en el motel, le pegué con cinta una pila. No se la puse para que no se gastara innecesariamente pero si la dejé cerca para poder actuar mas rápido si hacía falta.

Miré mi cuaderno cuando iba a meterlo en la mochila, pronto se acabarían las páginas y no podría contactar con John. Buscaría otro en cuanto tuviera ocasión.



Había salido el sol. Miré por la ventana antes de salir de la casa para comprobar que no había nadie fuera. Todo estaba despejado. Partimos de allí en busca del grupo con el que había estado durante meses.
Por la calle vagaban varios devoradores que fácilmente pudimos esquivar. Había ocasiones en las que ir agachado y despacio era suficiente para no llamar su atención.

Necesitábamos un coche con combustible para grandes distancias. En este momento sabía muy bien lo lejos que estaba de la carretera principal. Aquella a la que una vez fui en busca de mis recuerdos. El primer viaje donde descubrí que el mundo era un infierno.
Habíamos tenido que huir y reencontrarnos varias veces, la mayoría de ocasiones ese era nuestro punto de encuentro. Era una idea acertada empezar a buscarlos por ahí.

Ahora mismo nuestro objetivo era buscar un vehículo. Quizás cerca de una gasolinera o aparcamiento debería haberlo. La gente se volvió loca cuando comenzó este caos y ya nada estaba en el sitio donde solía o debía estar. Era más difícil encontrar algo de lo que parecía.
Parábamos de vez en cuando a tomar un poco de agua. Por fin a lo lejos vimos lo que nos pareció un coche. Estaba abierta la puerta del conductor pero parecía que las ruedas estaban bien. Dejé mi mochila y demás cosas en el suelo a cargo de los chicos y me senté en el vehículo dispuesta a hacer un puente, pero las cosas parecía que iban a ir bien, las llaves estaban puestas y eso facilitaría mucho el trabajo.

Giré la llave intentando arrancarlo y no parecía funcionar. En un despiste noté como unas manos me agarraban por el cuello intentando meterme en el asiento de atrás.
¿Cómo demonios no se nos había ocurrido mirar detrás? Los chicos me escucharon y vinieron a ayudarme, Shaun abrió la puerta de atrás y le clavó un cuchillo en el cráneo permitiéndome respirar.

-Será mejor que te des prisa Julia, están viniendo. - Jasper estaba vigilando.

Por más que intentaba arrancar el maldito coche no había manera de hacerlo andar.

-Espera, miraré el motor. Trabajaba en un taller, aunque sólo era ayudante del dueño, algo se me quedó.

Shaun se puso delante del coche, abrió el capó y estuvo dándome indicaciones para arrancar el vehículo, “prueba ahora” decía una y otra vez.

-Se están acercando. - Jasper se preparaba para luchar en caso de ser necesario. - ¿Arranca ese trasto o no?
-Ya casi estamos Jasper. . - Volví a intentarlo. -¡Bien! Vamos subid.

Jasper se metió en el asiento de atrás, sin embargo Shaun cayó al suelo gritando auxilio. Salí a ayudarle, los zombis cada vez estaban mas cerca y teníamos que largarnos de allí. Debajo del coche había uno de los devoradores y al arrancar el coche reaccionó. Le clavé mi hacha en la cabeza y ayudé a Shaun a levantarse.

Cojeando se subió al asiento del copiloto y me miró con miedo en sus ojos. Arranqué el vehículo y salimos de allí.
Shaun tenía sangre en el tobillo, y no tenía buena pinta la herida. Escuchaba de fondo a Jasper pero estaba metida en mis pensamientos intentando poder llevar la situación lo mejor posible. Habían mordido a un chico, en pocas horas sería consumido por la fiebre y moriría. No me gustaría verlo levantarse como un zombi y que nos devorara a ambos. Cuando nos veíamos en esta situación lo mejor era disparar, pero no podía hacerlo. La cura no era una solución tampoco.

Jasper me cogió del hombro sacándome de mi ensimismamiento, con los ojos en la carretera y la mente en otra parte, volví en mi. Me preguntaba que qué haríamos ahora. Shaun intentaba tranquilizarle, pero no podía.
Era el más fuerte de los dos, el más valiente, el más dispuesto en esta situación, Jasper le veía como un hermano y no sabía como reaccionaría ante este golpe después de perder a todo su grupo.

Necesitábamos combustible antes de que el coche nos dejara tirados. Buscamos una carretera donde poder parar, despejada de zombis. Expliqué a Jasper como extraer el combustible del depósito de gasolina de los demás coches, y mientras él lo hacía me fui a atender a Shaun.

-¿Cómo te encuentras?
-Bien, aunque sabemos que esto no durará mucho.
-Intentaremos alargarlo lo más posible.- Le acaricié la cara con lástima. - Déjame que le eche un ojo a la herida, intentaré curarla lo posible, aunque la infección no podré quitártela.
-Voy a morir, Julia. - Me dijo con pena quitando mi mano de su herida. - Es mejor que dejes las curas para vosotros, os pueden hacer falta, yo no tengo remedio.
-No voy a dejarte así.

Miré en mi mochila y saqué unas vendas, desinfectante y le hice una cura rápida. Era todo cuanto podía hacer.
Jasper volvió con una botella llena de gasolina, no era mucho pero algo era. Si hacía falta por el camino pararíamos de nuevo.

Durante el trayecto no dejaba de mirar a Shaun, estaba durmiéndose. En la frente podía apreciar que estaba empezando a sudar. Le toqué y su temperatura se había elevado mas de lo normal. Tragué saliva. Ya comenzaba a hacer efecto la infección.

En cada persona era distinto, había gente que se transformaba nada mas ser heridos y otros tardaban horas. Había pasado una hora y media desde que habían atacado a Shaun. No creo que le quedara mucho tiempo antes de tener que actuar.

Habíamos pasado la carretera, nos metimos por un carril para intentar acortar. Comprendimos enseguida que no fue una gran idea. El suelo estaba húmedo por aquella zona, había pequeños riachuelos y de golpe nos quedamos sin poder mover el coche. Por más que arrancaba no iba ni para adelante ni para atrás, estábamos atrapados en el fango que había. Tendríamos que salir a pie. Cogimos nuestras pertenencias y antes de avanzar un grupo de zombis nos estaban rodeando, impidiéndonos el paso. No había manera de salir. Shaun estaba muy herido y teníamos que cargar con él.

-Iros, largaos sin mí. - Se soltaba de nuestros brazos. - No puedo caminar y estoy infectado, pronto estaré como ellos, es inútil que me intentéis llevar.
-No podemos dejarte. Mira cuantos hay, tenemos que irnos ya.
-Siempre me han gustado las películas de héroes. - Comenzó a decir sin venir a cuento, pensé que estaba empezando a delirar. - Me gustaría morir como un héroe y no como un monstruo.

Miré a Jasper que amenazaba con echarse a llorar, yo estaba a punto de hacerlo, no podía culparle.

-Ayúdame a sentarme allí. - Me señaló el lugar e inmediatamente supuse que quería hacer.
-¿Estás seguro? - Pregunté tragando saliva.
-Busca las cerillas en mi mochila, dámelas y llevaros todo lo demás. - Dijo mientras abría el tapón del depósito de gasolina y metía un trozo de tela en el.
-Shaun por favor, no nos dejes. - Jasper se arrodilló a su lado.
-No tengo salvación, prefiero hacer algo útil y ayudaros. - Nos miró a ambos. - Cuando os diga, salir corriendo de aquí, yo los atraeré hasta mi y el coche hará el resto.
-Gracias Shaun. - No podía decir nada mas, las lágrimas me estaban castigando nuevamente. - Eres muy valiente.
-Gracias a ti Julia, por ayudarnos estos días. Se que Jasper estará bien contigo, cuídalo, para mi ha sido un hermano. - Estábamos llorando los tres, y de pronto cambió su expresión.- Están muy cerca, iros ya, venga. ¡Fuera! - Gritó mientras nosotros echábamos a correr.

Disparamos a los que habían frente a nosotros para dejar el espacio suficiente para colarnos. Miré hacía atrás y vi como por la parte de Shaun también estaban saliendo. Por lo menos veinte zombis estaban rodeando el coche. A varios metros se oía “Vamos cabrones, cogedme” y fue lo último que escuchamos antes de que una explosión nos lanzara al suelo y nos dejara noqueados.


No hay comentarios:

Publicar un comentario