Capítulo
9
Héroe
“2
Septiembre de 1984
Querido
John, hace unos días que me dispararon. Por suerte la herida va
mejor y hemos podido sobrevivir en estas casas durante este tiempo
con las pocas reservas que había.
Pero
el peligro nos acecha y cada día que pasamos aquí peligramos de que
vengan más como ellos. El mundo ya no es lo que era, no se puede
confiar ni en segundas oportunidades. Debo encontrar a mi grupo y dar
con vosotros.
Mantengo
la fe en que cada una de las hojas las encuentres en tu camino, al
igual que yo, sé que también estarás buscándome. Si lees esto,
estaremos más cerca el uno del otro.
Siempre
tuya, os quiero. Julia.”
Mi
herida estaba ya casi sanada. Tuve mucha suerte de que el disparo
fuera limpio y me atravesara, de otra manera tendría que haber
extraído yo la bala y el daño hubiera sido peor.
Habíamos
registrado todas las casas que había en esa parcela, aunque los
chicos insistieron en ir solos, les acompañé, aunque sólo fuera
para cubrirles.
No
hemos tenido visitas inesperadas por ahora, pero no dejo de pensar en
los enmascarados que nos atacaron el otro día. Aparentemente venían
ayudar y después sólo querían robarnos las armas, seguramente su
pensamiento no era dejarnos ir e iban a matarnos.
Debemos
ir con cautela con todo el que encontremos a nuestro paso. Aunque
este barrio parece un buen sitio para quedarse no confío en la paz
que disfrutamos actualmente, pienso que si hay más de ellos vendrán
a por sus compañeros.
Nos
habíamos librado por unos días de los zombis, salvo la ocasión en
la que Shaun bajó al sótano de una de las casas y se encontró dos
de ellos. Estaban en el suelo sin piernas y eliminarlos fue tarea
fácil.
Muy
pronto nos iremos de aquí en busca de mi grupo. Sabiendo como
piensan puedo hacerme una idea aproximada de donde pueden estar.
Aunque la búsqueda no será fácil con esos seres de un lado a otro,
y tenemos que llevarnos algo para el camino.
Ahora
que tenía más tiempo para pensar podía llorar mis compañeros
muertos.
No
pude evitar llorar al recordar a Kevin. Siempre había sido tan
protector y bueno con todos... y ahora ya no estaba. Era un gran
apoyo para todos, una sonrisa hasta en el momento mas difícil,
aunque se peleara constantemente con Nick siempre terminaban con buen
rollo. Cariñoso, agradable... el menor de los hermanos. Le
encantaba jugar con Jason a las cartas, apostando balas. Discutían
como todos los hermanos, pero daban la vida el uno por el otro.
Había
sido salvado por Jason, en sus brazos. No podía hacer nada por él,
esa maldita enfermedad se lo llevó y lo arrastró a un estado donde
hubiera sido un monstruo. Jason lo salvó, le dio dignidad. Murió
como una persona, no como un zombi.
Las
fiebres cada vez eran mas altás y en poco tiempo hubiera terminado
levantándose como una de esas cosas horribles.
Desde
entonces no confío en nadie, si no hubiera sido por ese maldito
cabrón que se hizo pasar por uno de los nuestros, Kevin seguiría
vivo y nosotros no habríamos tenido que huir nuevamente del último
refugio. Su única intención era robarnos, traicionarnos y
entregarnos al enemigo. Kevin intentó avisarnos, mas no le hicimos
caso. Pensamos que sólo tenía un ataque de celos y que no veía las
cosas con claridad.
Todo
fue tan repentino que no nos dio tiempo a reaccionar.
Eramos
nosotros los que no veíamos algo tan evidente, es por eso por lo que
la muerte de Kevin nos pesará siempre en la conciencia.
¿Qué
mente perversa puede mantener a esos muertos vivientes con vida para
atacar a alguien? Es una idea detestable, repugnante y realmente
aterradora. La poca humanidad que había en el mundo había terminado
con esta epidemia.
¿Cuánto
más habría que llorar? Todos habíamos perdido a alguien, todos
habíamos sufrido y todos habíamos luchado por sobrevivir, no había
justificación para ser una persona despreciable.
No
dude un segundo en matar a quien intentó matarnos una vez. No había
segundas oportunidades para asesinos. La confianza era un lujo que no
podíamos dar a la ligera.
Shaun
y Jasper entraron a la habitación cogiéndome por sorpresa, intenté
limpiarme las lágrimas con un amago de sonrisa. Me levanté del
suelo donde estaba acurrucada.
- ¿Sabéis qué tenemos que irnos, no?
- ¿Qué? ¿ Por qué? Aquí estamos bien.
- ¿Creéis qué no vendrán mas enmascarados?
- ¿Cómo estás tan segura?
- No lo estoy, pero no podemos arriesgarnos. Tengo una corazonada, hay algunos sitios donde podrían estar los míos.
- ¿Cuándo nos iremos?
- Mañana, al amanecer. Preparad vuestras mochilas y coged todo lo que podáis llevar. Elegid vuestras prioridades.
Faltaban
un par de horas para que anocheciera. Preparé mi mochila, metí
medicamentos que había en la casa, algunas latas de comida, agua y
por asqueroso que pareciese comida de perro enlatada. Cualquier cosa
que fuese alimento teníamos que comerlo, no estaba el mundo para
ponerse en plan gourmet. No era la primera vez que habíamos
consumido medicamentos en mal estado o de animales y nos habían
tenido que servir.
Cogí
el despertador que había encontrado en el motel, le pegué con cinta
una pila. No se la puse para que no se gastara innecesariamente pero
si la dejé cerca para poder actuar mas rápido si hacía falta.
Miré
mi cuaderno cuando iba a meterlo en la mochila, pronto se acabarían
las páginas y no podría contactar con John. Buscaría otro en
cuanto tuviera ocasión.
Había
salido el sol. Miré por la ventana antes de salir de la casa para
comprobar que no había nadie fuera. Todo estaba despejado. Partimos
de allí en busca del grupo con el que había estado durante meses.
Por
la calle vagaban varios devoradores que fácilmente pudimos esquivar.
Había ocasiones en las que ir agachado y despacio era suficiente
para no llamar su atención.
Necesitábamos
un coche con combustible para grandes distancias. En este momento
sabía muy bien lo lejos que estaba de la carretera principal.
Aquella a la que una vez fui en busca de mis recuerdos. El primer
viaje donde descubrí que el mundo era un infierno.
Habíamos
tenido que huir y reencontrarnos varias veces, la mayoría de
ocasiones ese era nuestro punto de encuentro. Era una idea acertada
empezar a buscarlos por ahí.
Ahora
mismo nuestro objetivo era buscar un vehículo. Quizás cerca de una
gasolinera o aparcamiento debería haberlo. La gente se volvió loca
cuando comenzó este caos y ya nada estaba en el sitio donde solía o
debía estar. Era más difícil encontrar algo de lo que parecía.
Parábamos
de vez en cuando a tomar un poco de agua. Por fin a lo lejos vimos
lo que nos pareció un coche. Estaba abierta la puerta del conductor
pero parecía que las ruedas estaban bien. Dejé mi mochila y demás
cosas en el suelo a cargo de los chicos y me senté en el vehículo
dispuesta a hacer un puente, pero las cosas parecía que iban a ir
bien, las llaves estaban puestas y eso facilitaría mucho el trabajo.
Giré
la llave intentando arrancarlo y no parecía funcionar. En un
despiste noté como unas manos me agarraban por el cuello intentando
meterme en el asiento de atrás.
¿Cómo
demonios no se nos había ocurrido mirar detrás? Los chicos me
escucharon y vinieron a ayudarme, Shaun abrió la puerta de atrás y
le clavó un cuchillo en el cráneo permitiéndome respirar.
-Será
mejor que te des prisa Julia, están viniendo. - Jasper estaba
vigilando.
Por
más que intentaba arrancar el maldito coche no había manera de
hacerlo andar.
-Espera,
miraré el motor. Trabajaba en un taller, aunque sólo era ayudante
del dueño, algo se me quedó.
Shaun
se puso delante del coche, abrió el capó y estuvo dándome
indicaciones para arrancar el vehículo, “prueba ahora” decía
una y otra vez.
-Se
están acercando. - Jasper se preparaba para luchar en caso de ser
necesario. - ¿Arranca ese trasto o no?
-Ya
casi estamos Jasper. . - Volví a intentarlo. -¡Bien! Vamos subid.
Jasper
se metió en el asiento de atrás, sin embargo Shaun cayó al suelo
gritando auxilio. Salí a ayudarle, los zombis cada vez estaban mas
cerca y teníamos que largarnos de allí. Debajo del coche había uno
de los devoradores y al arrancar el coche reaccionó. Le clavé mi
hacha en la cabeza y ayudé a Shaun a levantarse.
Cojeando
se subió al asiento del copiloto y me miró con miedo en sus ojos.
Arranqué el vehículo y salimos de allí.
Shaun
tenía sangre en el tobillo, y no tenía buena pinta la herida.
Escuchaba de fondo a Jasper pero estaba metida en mis pensamientos
intentando poder llevar la situación lo mejor posible. Habían
mordido a un chico, en pocas horas sería consumido por la fiebre y
moriría. No me gustaría verlo levantarse como un zombi y que nos
devorara a ambos. Cuando nos veíamos en esta situación lo mejor era
disparar, pero no podía hacerlo. La cura no era una solución
tampoco.
Jasper
me cogió del hombro sacándome de mi ensimismamiento, con los ojos
en la carretera y la mente en otra parte, volví en mi. Me preguntaba
que qué haríamos ahora. Shaun intentaba tranquilizarle, pero no
podía.
Era
el más fuerte de los dos, el más valiente, el más dispuesto en
esta situación, Jasper le veía como un hermano y no sabía como
reaccionaría ante este golpe después de perder a todo su grupo.
Necesitábamos
combustible antes de que el coche nos dejara tirados. Buscamos una
carretera donde poder parar, despejada de zombis. Expliqué a Jasper
como extraer el combustible del depósito de gasolina de los demás
coches, y mientras él lo hacía me fui a atender a Shaun.
-¿Cómo
te encuentras?
-Bien,
aunque sabemos que esto no durará mucho.
-Intentaremos
alargarlo lo más posible.- Le acaricié la cara con lástima. -
Déjame que le eche un ojo a la herida, intentaré curarla lo
posible, aunque la infección no podré quitártela.
-Voy
a morir, Julia. - Me dijo con pena quitando mi mano de su herida. -
Es mejor que dejes las curas para vosotros, os pueden hacer falta, yo
no tengo remedio.
-No
voy a dejarte así.
Miré
en mi mochila y saqué unas vendas, desinfectante y le hice una cura
rápida. Era todo cuanto podía hacer.
Jasper
volvió con una botella llena de gasolina, no era mucho pero algo
era. Si hacía falta por el camino pararíamos de nuevo.
Durante
el trayecto no dejaba de mirar a Shaun, estaba durmiéndose. En la
frente podía apreciar que estaba empezando a sudar. Le toqué y su
temperatura se había elevado mas de lo normal. Tragué saliva. Ya
comenzaba a hacer efecto la infección.
En
cada persona era distinto, había gente que se transformaba nada mas
ser heridos y otros tardaban horas. Había pasado una hora y media
desde que habían atacado a Shaun. No creo que le quedara mucho
tiempo antes de tener que actuar.
Habíamos
pasado la carretera, nos metimos por un carril para intentar acortar.
Comprendimos enseguida que no fue una gran idea. El suelo estaba
húmedo por aquella zona, había pequeños riachuelos y de golpe nos
quedamos sin poder mover el coche. Por más que arrancaba no iba ni
para adelante ni para atrás, estábamos atrapados en el fango que
había. Tendríamos que salir a pie. Cogimos nuestras pertenencias y
antes de avanzar un grupo de zombis nos estaban rodeando,
impidiéndonos el paso. No había manera de salir. Shaun estaba muy
herido y teníamos que cargar con él.
-Iros,
largaos sin mí. - Se soltaba de nuestros brazos. - No puedo caminar
y estoy infectado, pronto estaré como ellos, es inútil que me
intentéis llevar.
-No
podemos dejarte. Mira cuantos hay, tenemos que irnos ya.
-Siempre
me han gustado las películas de héroes. - Comenzó a decir sin
venir a cuento, pensé que estaba empezando a delirar. - Me gustaría
morir como un héroe y no como un monstruo.
Miré
a Jasper que amenazaba con echarse a llorar, yo estaba a punto de
hacerlo, no podía culparle.
-Ayúdame
a sentarme allí. - Me señaló el lugar e inmediatamente supuse que
quería hacer.
-¿Estás
seguro? - Pregunté tragando saliva.
-Busca
las cerillas en mi mochila, dámelas y llevaros todo lo demás. -
Dijo mientras abría el tapón del depósito de gasolina y metía un
trozo de tela en el.
-Shaun
por favor, no nos dejes. - Jasper se arrodilló a su lado.
-No
tengo salvación, prefiero hacer algo útil y ayudaros. - Nos miró a
ambos. - Cuando os diga, salir corriendo de aquí, yo los atraeré
hasta mi y el coche hará el resto.
-Gracias
Shaun. - No podía decir nada mas, las lágrimas me estaban
castigando nuevamente. - Eres muy valiente.
-Gracias
a ti Julia, por ayudarnos estos días. Se que Jasper estará bien
contigo, cuídalo, para mi ha sido un hermano. - Estábamos llorando
los tres, y de pronto cambió su expresión.- Están muy cerca, iros
ya, venga. ¡Fuera! - Gritó mientras nosotros echábamos a correr.
Disparamos
a los que habían frente a nosotros para dejar el espacio suficiente
para colarnos. Miré hacía atrás y vi como por la parte de Shaun
también estaban saliendo. Por lo menos veinte zombis estaban
rodeando el coche. A varios metros se oía “Vamos cabrones,
cogedme” y fue lo último que escuchamos antes de que una explosión
nos lanzara al suelo y nos dejara noqueados.
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