Capítulo
2
Confianza
Confianza
"13
de Abril de 1984
Llevo
sólo unos días aquí con esta gente. Dicen que me encontraron
dentro de un coche que acababa de volcar con medio cuerpo fuera de la
ventanilla. Deseo que estés bien, que Emily esté bien y que pronto
nos podamos reunir, no recuerdo que pasó o que hago aquí sólo se
que estoy cuidada pero no me dejan salir. Aún tengo el brazo
dolorido y algunas heridas por la cara. Seguro que cuando me veas me
encontrarás horrible, pero se que te dará igual y que correrás a
besarme. Lucy me ha regalado un diario aunque en realidad es un
cuaderno sucio y algo destartalado pero dice que me ayudará a
recuperar parte de mis recuerdos si te escribo y voy dejando estas
notas para que las encuentres y podamos reunirnos. Por ahora me ha
dicho el señor que me encontró que no nos iremos hasta que no esté
mejor, pero yo me siento bien sólo necesito descansar para que se
esfume el poco dolor que me queda. Te hecho de menos, búscame como
yo lo haré contigo.
Siempre
tuya, Julia."
Cierro
el cuaderno con lágrimas en los ojos y ganas de llorar, me siento
desgarrada por dentro sin saber donde está mi hija. No tengo fuerzas
para levantarme, aunque intento disimularlo para poder salir de aquí,
me duele al respirar o intentar hacer algún esfuerzo. Pese a mis
heridas superficiales Bob tiene razón, aún debo descansar. Miro a
mi alrededor, no entiendo aún que pasa, por que vivimos en esa
situación como verdaderos indigentes, pero no me importa, debo ser
agradecida y pensar en que me están cuidando.
Es
un sitio frío, amplio y con todo por el medio, veo que hay mochilas
por toda la habitación y cada una parece tener dueño. Veo latas de
conserva, sacos de deporte y gente con apariencia desnutrida. No
puedo evitar encogerme por dentro al pensar que esta pobre gente está
compartiendo sus víveres conmigo sin apenas conocerme. Miro a Bob y
le susurro gracias. Él me sonríe y continua con lo que hace. ¿qué
hace? Aún no se a que se dedican, de hecho caigo en la cuenta de que
no se nada de ellos.
Llamo
a Lucy para que me ayude a levantarme, sólo tengo un brazo y no
puedo valerme por mi misma bien. Le pido que me incorpore y me
termino de levantar yo para ir al baño. Desperté ayer y aún no he
podido inspeccionar nada - ¿Dónde está el baño? - entonces
recuerdo que era la segunda puerta comenzando por la derecha.
Hay
muy mal olor y no hay agua en la cisterna, sólo un cubo grande con
líquido, lo cual supongo que eso debe servir para echarla. Salgo
asqueada, me duele el estómago y tengo un poco de angustia de estar
ahí. Lucy me mira con cara de preocupación. -Estoy bien – Le digo
moviendo los labios. Ella parece entenderlo y me sonríe. Ando un
poco por la habitación o lo que sea este lugar y observo todo
intentando familiarizarme con mi nuevo entorno. Una de las personas
tiene un arma y me entra un escalofrío por el cuerpo, los malos
pensamientos se apoderan de mi y no se como reaccionar. Me pongo
nerviosa e intento ir rápido a la puerta pero tropiezo con una de
las bolsas y Lucy corre hacía a mi.
-¿Qué
te ocurre? ¿estás bien? - En su cara veo verdadera preocupación
pero estoy asustada.
-Na...
nada, es que tropecé. - Intento incorporarme sola pero me cuesta
trabajo y ella me coge por el brazo sano y mi espalda.
-Tienes
muy mala cara Julia, ¿de verdad estás bien?
-¿Por
qué él tiene un arma? - ¿Quiénes sois? - Entonces mi voz comienza
a subir de tono y Lucy se pone nerviosa.
-¡Bob!
Ven aquí ahora mismo. - Grita mirando hacía el hombre al que estaba
agradecida hace sólo unos minutos. - Julia quiere saber por que Nick
tiene un arma.
Bob
se queda a mi lado y me echa el brazo por encima, yo estoy asustada y
no puedo reaccionar y me quedo quieta. Veo a Lucy irse hacía el
chico del arma y gritarle.
-¿Qué
dijimos de las armas aquí dentro por el momento?. Eres estúpido,
Nick.
-Oh
vamos, sólo estaba limpiando mi pistola, no estaba haciendo nada, no
veo por que ponerse así.
-Quedamos
en que hasta que Julia no estuviera recuperada no íbamos a desvelar
nada. Puedes ser perjudicial para ella y para nosotros por que puede
desconfiar.
-¿Quiénes
sois? - Pregunté asustada a Bob.
-Julia,
no vamos hacerte daño. ¿No crees que de ser así te lo habríamos
hecho ya?
-Pero
entonces ...¿por qué tenéis armas? - Mi desconfianza crecía mas.
-Tenemos
que protegernos, y también a ti.
-No
veo cosas de valor aquí, ¿por qué iban a entrar a robar?
-No
es esa la razón de por qué estamos armados.
-¿Sois
asesinos? - Mi voz sonó aterrada y noté como mi cuerpo se helaba.
-No,
Julia, no somos nada malo. Confía en nosotros.
-Si
quieres que confíe deberás decirme quienes sois.
-Somos
supervivientes, Julia.
-¿Supervivientes?
¿de qué? - No entendía nada de nada,
-No
podemos contarte nada más por ahora, te estás recuperando, no
tienes memoria y debes descansar y no preocuparte por nada.
-Me
preocupa no saber con quién estoy. - Le quito la mano de mala gana
que tenía encima de mi hombro. -Tengo derecho a saber con quién
estoy.
-Hemos
cuidado de ti como si fueras uno de los nuestros, intentamos que te
recuperes, queremos ayudarte ¿no crees que deberías ser un poco más
agradecida?
Agacho
la cabeza por que en eso tiene razón, esta gente a pesar de todo me
ha ayudado sean lo que sean, no pueden ser tan malos.
-Gracias
por cuidar de mí y ayudarme, pero estoy bien, me puedo ir sola.
-Si
sales ahí morirás tu sola. - Me dijo muy serio.
-Se
cuidar de mi misma.
Me
fui para la puerta y antes de abrirla Lucy se puso delante mia,
impidiendo que lo hiciera.
-Lo
siento Julia, pero no puedo dejarte ir, es por tu bien.
-Por
favor, ¿qué es lo que pasa?
-No
te irás de aquí sola.
-Quiero
buscar a mi familia, tengo que encontrarla, por favor déjame salir.
-¡Bob,
La jeringuilla! - Miré a mi espalda y vi a Bob sacar una jeringuilla
de una de las cajas, con un líquido blanco y acercarse a mi.
-¿Qué
es eso? ¿Qué hacéis? Dejadme salir de aquí, por favor.
-Lo
siento Julia, lo entenderás cuando sea el momento – Lucy me agarró
y antes de que pudiese forcejear estaba notando la aguja entrar en mi
piel, sintiendo como el líquido de su interior me inundaba poco a
poco.
Cuando
me soltó me sentía mareada, aturdida y los ojos se me cerraban.
¿Qué es ésto? Podía saber, aún ahora, que era un sedante lo que
me habían inyectado y que no servía de nada resistirme a su
embriagador sueño. No podía luchar contra el efecto de esa droga y
me dejé llevar, confiando en que dios me ayudase y protegiera a mi
familia. Iba a luchar por ellos, lo haría, de eso estaba segura.
Todo se volvió negro y dejé de sentir.
Escucho
ruidos que me resultan lejanos, ¿estoy soñando? Noto lagunas, no me
siento bien, mi nombre se oye a lo lejos como un susurro. Puedo notar
que alguien me toca mientras me llama, abro los ojos y veo a alguien.
Bob. Ahora lo recuerdo, me drogó por que me quería ir. Mis ojos se
abren todo lo que pueden y grito asustada. ¿qué está pasando?
-Calma
Julia no queremos hacerte daño. - Me confiesa mirándome a los ojos.
Me
intento mover pero me doy cuenta de que mi único brazo sano está
esposado a la camilla que hay. Estiro y estiro pero no puedo
arrancarlo. Entonces le miro con lágrimas de desesperación y me
advierte que me calme. No puedo, esto cada vez pinta peor.
-¿Qué
esto? ¿por qué me haces esto? - Le grito al borde del llanto.
-No
puedo dejarte ir, lo siento pero es por tu bien y el nuestro.
-Por
favor, quiero ver a mi hija déjame encontrarla.
-Te
ayudaremos a reencontrarte con tu familia Julia, pero confía en
nosotros.
-¿Como
confiar en alguien que me ha drogado y esposado a una camilla sucia y
rota?
-Quizás
debas confiar en quienes te salvaron en aquél accidente y curaron
tus heridas. - Dijo con aparente sinceridad en su rostro. - Mírame
Julia, ¿Te parezco una persona mala?¿Creés qué puedo hacerte daño
o que lo quiero? Mira a tu alrededor, no tenemos riquezas, ni
siquiera tenemos un sitio bonito o lujoso. Estamos viviendo en
comunidad, con pocas reservas de comida y agua. No tenemos luz, sólo
tenemos velas y esa fogata. Míranos, ¿nos ves vestidos de manera
apetecible? Vamos con ropa sucia, rota y destartalada.
Pensé
en todo lo que me estaba diciendo y no podía ubicar sus palabras.
-¿Tenemos
pinta de sanguinarios asesinos? ¿de ladrones?
-Pero
entonces ¿qué sois?
-Ya
te lo dije, somos supervivientes, debemos protegernos de algunas
cosas.
-...
- No sabía que decir.
-No
vamos hacerte daño, confía en mi, confía al menos en la parte que
te salvó y ayudo. Te dejaremos ir si así lo deseas cuando te
recuperes y puedas valerte sola por ti misma. Te daremos una mochila,
algo de comida y algunas cosas que te podrán servir de ayuda en tu
búsqueda. Pero de momento por favor, te lo suplico, quédate y
confía en nosotros. Podemos darte un arma cargada y si te hacemos
daño podrás defenderte.
Esa
idea me gustó y me dejó extrañada a partes iguales. Si alguien me
secuestra ¿por qué iba a darme un arma?
-Está
bien. Pero quiero un arma. -¿Y qué haré con ella? Pensé. Nunca he
disparado un arma, no sé ni como se recarga ni disparar. Pero al
menos podré defenderme e inspirar desconfianza para que no me hagan
daño.
-¡Nick!
- Bob se dio la vuelta y llamó a un chico. -Trae mi pistola cargada.
Me
eché a sudar y asustada se me pasó la idea de que me matase allí
mismo. Vi a Nick darle el arma a Bob y él cogiéndola por el cañón
me la ofreció a mi. Temblorosa levanté la mano y agarré la
pistola. Se podía ver a la legua que no tenía ni puta idea de
armas.
-No
hace falta ser un experto, Julia. Si alguien te hace daño apunta y
dispara, no pienses.
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