sábado, 9 de abril de 2016

Capítulo 2 - Confianza

Capítulo 2
Confianza


"13 de Abril de 1984

Llevo sólo unos días aquí con esta gente. Dicen que me encontraron dentro de un coche que acababa de volcar con medio cuerpo fuera de la ventanilla. Deseo que estés bien, que Emily esté bien y que pronto nos podamos reunir, no recuerdo que pasó o que hago aquí sólo se que estoy cuidada pero no me dejan salir. Aún tengo el brazo dolorido y algunas heridas por la cara. Seguro que cuando me veas me encontrarás horrible, pero se que te dará igual y que correrás a besarme. Lucy me ha regalado un diario aunque en realidad es un cuaderno sucio y algo destartalado pero dice que me ayudará a recuperar parte de mis recuerdos si te escribo y voy dejando estas notas para que las encuentres y podamos reunirnos. Por ahora me ha dicho el señor que me encontró que no nos iremos hasta que no esté mejor, pero yo me siento bien sólo necesito descansar para que se esfume el poco dolor que me queda. Te hecho de menos, búscame como yo lo haré contigo.

Siempre tuya, Julia."

Cierro el cuaderno con lágrimas en los ojos y ganas de llorar, me siento desgarrada por dentro sin saber donde está mi hija. No tengo fuerzas para levantarme, aunque intento disimularlo para poder salir de aquí, me duele al respirar o intentar hacer algún esfuerzo. Pese a mis heridas superficiales Bob tiene razón, aún debo descansar. Miro a mi alrededor, no entiendo aún que pasa, por que vivimos en esa situación como verdaderos indigentes, pero no me importa, debo ser agradecida y pensar en que me están cuidando.

Es un sitio frío, amplio y con todo por el medio, veo que hay mochilas por toda la habitación y cada una parece tener dueño. Veo latas de conserva, sacos de deporte y gente con apariencia desnutrida. No puedo evitar encogerme por dentro al pensar que esta pobre gente está compartiendo sus víveres conmigo sin apenas conocerme. Miro a Bob y le susurro gracias. Él me sonríe y continua con lo que hace. ¿qué hace? Aún no se a que se dedican, de hecho caigo en la cuenta de que no se nada de ellos.

Llamo a Lucy para que me ayude a levantarme, sólo tengo un brazo y no puedo valerme por mi misma bien. Le pido que me incorpore y me termino de levantar yo para ir al baño. Desperté ayer y aún no he podido inspeccionar nada - ¿Dónde está el baño? - entonces recuerdo que era la segunda puerta comenzando por la derecha.

Hay muy mal olor y no hay agua en la cisterna, sólo un cubo grande con líquido, lo cual supongo que eso debe servir para echarla. Salgo asqueada, me duele el estómago y tengo un poco de angustia de estar ahí. Lucy me mira con cara de preocupación. -Estoy bien – Le digo moviendo los labios. Ella parece entenderlo y me sonríe. Ando un poco por la habitación o lo que sea este lugar y observo todo intentando familiarizarme con mi nuevo entorno. Una de las personas tiene un arma y me entra un escalofrío por el cuerpo, los malos pensamientos se apoderan de mi y no se como reaccionar. Me pongo nerviosa e intento ir rápido a la puerta pero tropiezo con una de las bolsas y Lucy corre hacía a mi.

-¿Qué te ocurre? ¿estás bien? - En su cara veo verdadera preocupación pero estoy asustada.
-Na... nada, es que tropecé. - Intento incorporarme sola pero me cuesta trabajo y ella me coge por el brazo sano y mi espalda.
-Tienes muy mala cara Julia, ¿de verdad estás bien?
-¿Por qué él tiene un arma? - ¿Quiénes sois? - Entonces mi voz comienza a subir de tono y Lucy se pone nerviosa.
-¡Bob! Ven aquí ahora mismo. - Grita mirando hacía el hombre al que estaba agradecida hace sólo unos minutos. - Julia quiere saber por que Nick tiene un arma.
Bob se queda a mi lado y me echa el brazo por encima, yo estoy asustada y no puedo reaccionar y me quedo quieta. Veo a Lucy irse hacía el chico del arma y gritarle.
-¿Qué dijimos de las armas aquí dentro por el momento?. Eres estúpido, Nick.
-Oh vamos, sólo estaba limpiando mi pistola, no estaba haciendo nada, no veo por que ponerse así.
-Quedamos en que hasta que Julia no estuviera recuperada no íbamos a desvelar nada. Puedes ser perjudicial para ella y para nosotros por que puede desconfiar.
-¿Quiénes sois? - Pregunté asustada a Bob.
-Julia, no vamos hacerte daño. ¿No crees que de ser así te lo habríamos hecho ya?
-Pero entonces ...¿por qué tenéis armas? - Mi desconfianza crecía mas.
-Tenemos que protegernos, y también a ti.
-No veo cosas de valor aquí, ¿por qué iban a entrar a robar?
-No es esa la razón de por qué estamos armados.
-¿Sois asesinos? - Mi voz sonó aterrada y noté como mi cuerpo se helaba.
-No, Julia, no somos nada malo. Confía en nosotros.
-Si quieres que confíe deberás decirme quienes sois.
-Somos supervivientes, Julia.
-¿Supervivientes? ¿de qué? - No entendía nada de nada,
-No podemos contarte nada más por ahora, te estás recuperando, no tienes memoria y debes descansar y no preocuparte por nada.
-Me preocupa no saber con quién estoy. - Le quito la mano de mala gana que tenía encima de mi hombro. -Tengo derecho a saber con quién estoy.
-Hemos cuidado de ti como si fueras uno de los nuestros, intentamos que te recuperes, queremos ayudarte ¿no crees que deberías ser un poco más agradecida?

Agacho la cabeza por que en eso tiene razón, esta gente a pesar de todo me ha ayudado sean lo que sean, no pueden ser tan malos.

-Gracias por cuidar de mí y ayudarme, pero estoy bien, me puedo ir sola.
-Si sales ahí morirás tu sola. - Me dijo muy serio.
-Se cuidar de mi misma.

Me fui para la puerta y antes de abrirla Lucy se puso delante mia, impidiendo que lo hiciera.

-Lo siento Julia, pero no puedo dejarte ir, es por tu bien.
-Por favor, ¿qué es lo que pasa?
-No te irás de aquí sola.
-Quiero buscar a mi familia, tengo que encontrarla, por favor déjame salir.
-¡Bob, La jeringuilla! - Miré a mi espalda y vi a Bob sacar una jeringuilla de una de las cajas, con un líquido blanco y acercarse a mi.
-¿Qué es eso? ¿Qué hacéis? Dejadme salir de aquí, por favor.
-Lo siento Julia, lo entenderás cuando sea el momento – Lucy me agarró y antes de que pudiese forcejear estaba notando la aguja entrar en mi piel, sintiendo como el líquido de su interior me inundaba poco a poco.

Cuando me soltó me sentía mareada, aturdida y los ojos se me cerraban. ¿Qué es ésto? Podía saber, aún ahora, que era un sedante lo que me habían inyectado y que no servía de nada resistirme a su embriagador sueño. No podía luchar contra el efecto de esa droga y me dejé llevar, confiando en que dios me ayudase y protegiera a mi familia. Iba a luchar por ellos, lo haría, de eso estaba segura. Todo se volvió negro y dejé de sentir.



Escucho ruidos que me resultan lejanos, ¿estoy soñando? Noto lagunas, no me siento bien, mi nombre se oye a lo lejos como un susurro. Puedo notar que alguien me toca mientras me llama, abro los ojos y veo a alguien. Bob. Ahora lo recuerdo, me drogó por que me quería ir. Mis ojos se abren todo lo que pueden y grito asustada. ¿qué está pasando?

-Calma Julia no queremos hacerte daño. - Me confiesa mirándome a los ojos.
Me intento mover pero me doy cuenta de que mi único brazo sano está esposado a la camilla que hay. Estiro y estiro pero no puedo arrancarlo. Entonces le miro con lágrimas de desesperación y me advierte que me calme. No puedo, esto cada vez pinta peor.
-¿Qué esto? ¿por qué me haces esto? - Le grito al borde del llanto.
-No puedo dejarte ir, lo siento pero es por tu bien y el nuestro.
-Por favor, quiero ver a mi hija déjame encontrarla.
-Te ayudaremos a reencontrarte con tu familia Julia, pero confía en nosotros.
-¿Como confiar en alguien que me ha drogado y esposado a una camilla sucia y rota?
-Quizás debas confiar en quienes te salvaron en aquél accidente y curaron tus heridas. - Dijo con aparente sinceridad en su rostro. - Mírame Julia, ¿Te parezco una persona mala?¿Creés qué puedo hacerte daño o que lo quiero? Mira a tu alrededor, no tenemos riquezas, ni siquiera tenemos un sitio bonito o lujoso. Estamos viviendo en comunidad, con pocas reservas de comida y agua. No tenemos luz, sólo tenemos velas y esa fogata. Míranos, ¿nos ves vestidos de manera apetecible? Vamos con ropa sucia, rota y destartalada.

Pensé en todo lo que me estaba diciendo y no podía ubicar sus palabras.

-¿Tenemos pinta de sanguinarios asesinos? ¿de ladrones?
-Pero entonces ¿qué sois?
-Ya te lo dije, somos supervivientes, debemos protegernos de algunas cosas.
-... - No sabía que decir.
-No vamos hacerte daño, confía en mi, confía al menos en la parte que te salvó y ayudo. Te dejaremos ir si así lo deseas cuando te recuperes y puedas valerte sola por ti misma. Te daremos una mochila, algo de comida y algunas cosas que te podrán servir de ayuda en tu búsqueda. Pero de momento por favor, te lo suplico, quédate y confía en nosotros. Podemos darte un arma cargada y si te hacemos daño podrás defenderte.

Esa idea me gustó y me dejó extrañada a partes iguales. Si alguien me secuestra ¿por qué iba a darme un arma?

-Está bien. Pero quiero un arma. -¿Y qué haré con ella? Pensé. Nunca he disparado un arma, no sé ni como se recarga ni disparar. Pero al menos podré defenderme e inspirar desconfianza para que no me hagan daño.
-¡Nick! - Bob se dio la vuelta y llamó a un chico. -Trae mi pistola cargada.
Me eché a sudar y asustada se me pasó la idea de que me matase allí mismo. Vi a Nick darle el arma a Bob y él cogiéndola por el cañón me la ofreció a mi. Temblorosa levanté la mano y agarré la pistola. Se podía ver a la legua que no tenía ni puta idea de armas.
-No hace falta ser un experto, Julia. Si alguien te hace daño apunta y dispara, no pienses.


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